Bailando en La Ciudad de las Estrellas

Me resulta difícil describir La La Land en una palabra. Lo resumo todo en diferente. La nueva película del joven Damien Chazelle, conocido por dirigir otro galardonado éxito cinematográfico –Wiplash: Música y obsesión-, está arrasando en todos los premios cinematográficos.

El nuevo éxito musical ha hecho historia en los Globos de Oro llevándose los premios de las siete categorías a las que optaba. La La Land también es una de las películas favoritas para alzarse como ganadora de los próximos Oscars, al estar nominada a 14 estauillas igualando la marca histórica que, hasta el momento, solo ostentaban Titanic y Eva al desnudo. Y no es para menos. Con una Emma Stone que brilla con luz propia y un Ryan Gosling polifacético (ambos nominados a mejor actor principal en los Oscars), La La Land va más allá que un típico musical de Hollywood.

 La historia narra la relación entre Sebastian Wilder (Ryan Gosling), un músico apasionado del Jazz que sueña con abrir su propio local mientras toca piezas estándar en un restaurant de alto standing, y Mia (Emma Stone), una actriz que vaga de casting en casting en busca de la audición que la saque de la cafetería en la que trabaja jornada tras jornada. A pesar de sus primeros encontronazos, Mia y Sebastian se van conociendo y surge entre ellos una bonita relación.

Sin embargo, poco a poco, sus ambiciones les van separando. La La Land huye del patrón de película musical con final feliz. Los protagonistas, a pesar de los sentimientos, siguen caminos diferentes. La película demuestra como una simple conversación, un instante o, en este caso, una llamada puede cambiar el curso de las cosas…

La relación entre Sebastian y Mia iba viento en popa, se entendían a la perfección y juntos alimentaban sus sueños, planeando y esforzándose por hacerlos realidad. Hasta que un día, Sebastian escucha una conversación que Mía mantiene con su madre, en la que intenta justificar porque él aún no tiene un trabajo estable. A partir de ese instante, Sebastian abandona su sueño y acepta entrar en un mediático grupo de jazz, un proyecto lejano a sus aspiraciones. Esta decisión le aleja de Mia quién ve como Sebastian ha abandonado aquello que tanto anhelaba conseguir por tal de tener una vida más estable y cómoda.

Damien Chazelle toma referencias de célebres films del género musical. El joven director tenía la intención de modernizar este género haciendo guiños coreográficos y escénicos de algunas de las películas que han dejado huella en el panorama cinematográfico. Sara Preciado, una joven estudiante de montaje y edición de cine ha realizado un video con la comparación entre escenas de La La Land y clásicos como Cantando bajo la lluvia, Grease o West Side Story. Hacemos repaso de algunas de ellas…

Quienes hayáis visto la película reconoceréis muy bien estas escenas. Si queréis ver el video completo os dejo aquí el enlace. ¡No tiene desperdicio!

La La Land es un musical con irremediables tendencias hollywoodiense pero que se sale de los cánones que habían seguido los musicales en los últimos años. Con la palabra éxito como presentación y con una banda sonora exquisita que homenajea un género poco común en la gran pantalla: el jazz , La La Land deja un mensaje claro: nunca abandones tus sueños, por imposibles que parezcan.